Desde mis días de estudiante, cuando intentaba aprobar exámenes para entrar a la universidad, la cafeína y yo hemos tenido una relación de amor y odio.

La cafeína me ha ayudado a superar exámenes difíciles, la presión laboral y a establecerme en casa. Cada vez que la he usado, me he dicho a mí mismo: "Solo esta última vez".

Sin embargo, cada vez que surgía el próximo "momento difícil", me encontraba abusando de la cafeína en un intento desesperado por mantenerme enfocado.

• La cafeína, un regalo divino
• Algo no anda bien en el paraíso
• El punto de inflexión
• Mirando atrás
• Avanzando

La cafeína, un regalo divino

Desde que tenía alrededor de 7 años, recuerdo que me encantaba beber cola. Me emocionaba mucho tanto antes como después de beberla y recuerdo que los adultos se molestaban con mis amigos y conmigo porque no podíamos dejar de correr de un lado a otro.

También recuerdo a los adultos bebiendo café y a alguien diciendo que era como la cola para los adultos, para ayudarles a mantenerse despiertos y hacer las cosas. Solía pensar que debía haber algo mágico en ello, sin embargo, a medida que crecía y tenía más tareas y exámenes que aprobar, descubrí cuál era esa magia.

Algo no anda bien en el paraíso

A medida que el trabajo que tenía que completar se volvía gradualmente más desafiante, me encontraba quedándome despierto hasta más tarde solo para poder tener suficiente tiempo para terminar mis tareas y completar mis estudios.

Al encontrar difícil concentrarme en todo el trabajo que debía hacer, recurrí al café, las colas y eventualmente a las pastillas de cafeína. Funcionaron, pero lo que para mí parecieron solo unos pocos días, me encontré consumiendo una cantidad creciente de cafeína en diferentes formas solo para poder sentirme normal.

Aunque algunos de mis amigos cercanos intentaron advertirme, eventualmente llegué a un punto donde mis manos comenzaron a temblar incontrolablemente. Afortunadamente no fue como un caso grave de la enfermedad de Parkinson, pero fue suficiente para asustarme y dejar la cafeína.

El punto de inflexión

Años después, estaba en un trabajo que demandaba mucho de mi tiempo y energía. Durante dos años trabajando constantemente largos días y noches, además de tener que viajar cada pocas semanas entre dos países, mi cuerpo decidió que ya era suficiente.

Comencé a sentirme lento y desmotivado. Incluso empecé a beber una cola sin azúcar muy regularmente sin pensar en lo que realmente estaba haciendo. Pero eventualmente llegué al límite y descubrí que comenzaba a quedarme dormido en el trabajo.

Mis compañeros de trabajo intentaron darme pistas, pero finalmente nuestro jefe me apartó y me dijo que me pusiera en orden. Enojado y frustrado conmigo mismo, busqué soluciones rápidas para salvar mi trabajo. Sin embargo, lo que encontré fue mucho más valioso y realmente me ayudó a superar el cansancio hasta el punto en que ahora puedo reconocer lo que está ocurriendo y tomar las medidas necesarias para recuperarme rápidamente.

Mirando atrás

La cafeína fue el catalizador de mi transformación. Me ayudó a reconocer que no era la cafeína, sino mi enfoque hacia el trabajo y la vida lo que necesitaba cambiar.

Al buscar formas de ayudarme a salir de una situación difícil, en realidad me ayudé a mí mismo al descubrir cuál era la causa de mi cansancio y reducir sus efectos negativos en mi vida.

Avanzando

Desde ese momento, me he propuesto intentar ayudar a otros que puedan estar pasando por una situación similar en sus vidas. Este blog y nuestra app, V-CAF, son la culminación de nuestras experiencias e investigaciones sobre cómo superar el cansancio sin necesidad de cafeína.

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